Primer documento del Grupo de Análisis Periodísticos



  Documento del Grupo de Análisis Periodísticos (GAP)


El caso Asunta



 
Este grupo de análisis de eventos informativos ha considerado que el caso de la muerte en extrañas circunstancia de la niña Asunta Basterra Porto, era un ejemplo del tipo de información de impacto que debe ser  estudiado desde el punto de vista de la actitud de los medios de comunicación y de los profesionales del periodismo.

El caso contiene todos los elementos de una historia de impacto: violencia en el ámbito familiar, agresión infantil, misterio e implicación policial y judicial de los padres adoptivos. Junto a todo ello, surgieron una gran cantidad de datos, unos con fundamento y otros sin consistencia alguna, pero todos contribuyeron a intensificar el clima de misterio, sorpresa e impacto social que mantenía el alto nivel de atención social ante cada uno de los datos o rumores.

1. Una muerte bajo dos enfoques: informar o entretener.

Antes de seguir adelante, consideramos necesario distinguir dos tipos de profesionales en el seguimiento de este caso. Son profesionales que trabajan para distintos formatos y modalidades de medios de comunicación:

  1. Los periodistas que trabajaron para los servicios informativos de radio y televisión, así como para los medios escritos. Se incluyen aquí los programas informativos de noticias y las tertulias que habitualmente forman parte de espacios de noticias en radio y televisión.

  1. Los profesionales -periodistas o no- que hicieron  el seguimiento de los hechos para programas de entretenimiento de radio y de televisión, en sus múltiples formatos.

2. Arranque “rosa” y frenética caza de testimonios

Todos los medios de comunicación mencionados en el punto anterior demandaron constantemente mayor cantidad de datos, más información de impacto e incluso exclusivas, con el fin de no quedarse atrás en la información.

Todo amigo, todo familiar próximo o lejano se convirtió en objetivo de los profesionales de los medios de comunicación. Fue una búsqueda frenética de testimonios sobre cualquier aspecto de la vida familiar, personal, profesional  o social de los padres de Asunta.

Cada medio trata de conseguir la forma más eficaz de alimentar sus formatos de manera que tengan más audiencia o más lectores. Buscan una mayor rentabilidad en ventas, en espectadores o en oyentes, aprovechando un caso tan singular y su impacto social. En algunas ocasiones se registró una cierta “guerra” o enfrentamiento entre medios, de tal forma que unos consideran negativo lo que hacen otros, pero acaban elaborando el mismo tipo de información.

Televisión. Las empresas de televisión, buscan especialmente el impacto, el espectáculo y la exclusiva, con independencia de la verdad de los hechos. Han hecho un tratamiento del caso dedicando muchos programas especiales. Aquí el tratamiento de los hechos y las hipótesis se hace con mucho menos rigor ya que una gran parte de las aportaciones son opiniones, puntos de vista o desarrollo de hipótesis más o menos basadas en la realidad.

Radio. Las cadenas radiofónicas se han mantenido un poco más discretas en los programas informativos, donde se nutren bastante de los medios impresos. Pero en los programas no específicamente informativos daban cabida a todas las hipótesis y opiniones.

Prensa. Los medios impresos no tienen esta variedad de formatos y los impactos de sus exclusivas deben ser más fuertes y permanentes que los ofrecidos por los medios de radiodifusión. Utilizan  fundamentalmente grandes titulares o entrevistas a toda página.

Es necesario destacar también que en un primer momento, tanto los medios escritos como los radiofónicos han reproducido comentarios o supuestas noticias ofrecidas y comentadas por los programas denominados “rosas” o “de cotilleo” fuera de los ámbitos de los servicios informativos correspondientes.

Redes sociales. La participación de los ciudadanos en las redes sociales, que también forman su parte de opinión pública, han seguido a los grandes medios. No han sido promotores de información sino que se han limitado a comentar lo publicado en los medios. No se puede analizar aquí como una actividad propiamente periodística. Los ciudadanos participan por una parte como observadores –siguen a los medios masivos- y por otro como altavoces de las noticias que se registran en esos medios masivos, pero no son –salvo en el caso muy excepcional de las personas presentes en los momentos claves de detención, registro de viviendas, etc que tuitean en directo- promotores de información. Consideremos que los ciudadanos no han sido promotores de información, sólo han comentado y “conversado” sobre lo que publicaban el resto de los medios de comunicación social

3. Las demandas de los responsables de las redacciones

Todo lo descrito anteriormente se traduce en una presión sobre los responsables de las redacciones, presión que finalmente se deriva hacia los periodistas que deben conseguir informaciones. Se pide a los reporteros novedades de forma insistente, obligando en ocasiones a que se publiquen aunque no tengan la suficiente consistencia.

Los directivos de los medios de comunicación y los mandos intermedios son los que deciden el tratamiento de la información en cuanto a contenidos, inclusión o no de datos no contrastados,  preferencias de espacio, forma de titular, tiempo ocupado, etc. Todo ello, puede decidirse de acuerdo con las novedades reales del caso o de acuerdo con el guión preconcebido en las reuniones decisivas del día. Y  esto último puede obligar a hacer coincidir la información de los hechos con la idea preconcebida, aunque no sea del todo la verdad.

En cambio, esta presión sobre los redactores podría orientarse especialmente a comprobar el rigor de las informaciones, el número de fuentes utilizadas o si están contrastados los datos, ofreciendo así una garantía de calidad en las noticias publicadas por el medio.

Por todo ello, parece evidente que para mantener el rigor de las informaciones es importante que los responsables de las redacciones y de los programas no exijan más hechos de los que hay, ni que la realidad responda a una visión preconcebida de los acontecimientos, sobre todo si ello se busca para impactar más, para conseguir audiencia o para vender ejemplares.

4. El trabajo de los periodistas: un torbellino de datos

Las actitudes de profesionales que trabajan para medios tan diversos complica el análisis de los tratamientos informativos del caso. Pero desde nuestra perspectiva consideramos que deben ser periodistas profesionales los que se encarguen de este tipo de informaciones.

Su trabajo de investigación, de presencia en los eventos informativos como el caso Asunta, la proximidad a los hechos, la rapidez con la que tienen que trabajar, el cúmulo de circunstancias, las informaciones, los rumores o las falsas pruebas hacen muy necesario que el periodista cuente con respaldo suficiente como para lograr el discernimiento de lo real y de lo falso en lo que podemos denominar torbellino de datos.

Este apoyo real deben recibirlo de las redacciones centrales y de los responsables de las mismas, que están viendo con más perspectiva el conjunto de los hechos que reportan otros periodistas, otras agencias y otros medios a los que tienen acceso.

En muchos casos, la imagen de insistencia en las preguntas o en lograr más información donde no es posible, no debe ser considerada responsabilidad del periodista sino que es una consecuencia de las exigencias constantes de los responsables de la redacción del medio de comunicación para el que trabaja.

5. ¿Quién es quién en este caso? El difícil papel de los periodistas:

Un somero repaso a las informaciones publicadas da idea de la complejidad del caso Asunta, de la repercusión social de las circunstancias ofrecidas y del difícil papel de los periodistas ante lo que algún articulista calificó como el primer crimen contemporáneo dentro de la alta sociedad:
  • La niña apareció muerta en una pista pero no fue allí donde la mataron sino que fue depositada con posterioridad y con cierto cuidado.
  • La niña era heredera universal de su abuela que poseía un gran patrimonio, lo cual era un móvil creíble para el homicidio.
  • Si no era heredera universal si era cierto que la niña había heredado algunos bienes en vida de su abuela, lo que también era móvil creíble para el parricidio.
  • La niña creaba un conflicto entre el padre y la madre por la convivencia con uno u otro al estar separados.
  • Un supuesto novio de la madre, de origen marroquí,  también podría haber creado un clima favorable al parricidio.
  • El dato anterior introdujo la posibilidad de una tercera persona como coautora del homicidio.
  • Aparecen informaciones con sospechas sobre las personas que encontraron el cuerpo de la niña.
  • Se informa de que en la ropa de la niña había restos biológicos. Comienza a publicarse que era semen, cuando no se tenía ninguna confirmación de este detalle por parte del juzgado.
  • El padre accede a publicar una entrevista que le hizo un periodista amigo en la cárcel.
  • La madre publica una carta que es utilizada por Telecinco y por otros medios de comunicación.

Al mismo tiempo se informa de una serie de supuestas pruebas como provenientes de fuentes de la investigación que  contribuyeron a ampliar el relato:
  • Unas imágenes captadas por las cámaras de una gasolinera muestran a la madre con su hija en el coche, cuando la madre ya había denunciado su desaparición.
  • Un trozo de cuerda aparecida al lado del cadáver que coincidía con un rollo encontrado en la casa familiar de Teo.
  • Una localización del teléfono sitúa a la madre en el lugar donde apareció el cadáver de la niña.
  • La víctima había ingerido una gran dosis de tranquilizantes de la misma marca que utiliza la madre.
  • El análisis de ADN de una colilla sitúa al padre al lado de cadáver
  • La niña fue asfixiada con una almohada.

De forma simultánea, se producen testimonios públicos que afectan a las circunstancias del delito, unos de forma directa y otros de forma indirecta o colateral, y en otras ocasiones se refieren a cuestiones previas o íntimas que pueden aportar, o no, información necesaria para la comprensión del caso:
  • Una supuesta prima de la madre afirma ante los medios que la niña era heredera del patrimonio de la abuela.
  • La compañeras de las clases de ballet muestran su pesar y hablan del comportamiento de Asunta.
  • Un profesor de piano en cuya escuela se había matriculado Asunta una semana antes de su muerte.
  • Una carta enviada por Rosario Porto a Telecinco se convierte, en manos de grafólogos en supuestas revelaciones del íntimo pensamiento de la autora, de sus actitudes.

Es fácil comprobar que todas estas circunstancias hacen que los periodistas se vean envueltos en un flujo de información en el que están presentes datos ciertos, conjeturas, rumores, hipótesis e incluso falsas declaraciones.

En algunos momentos se produjeron desmentidos oficiales por parte de la autoridad judicial ya que se estaban dando por ciertos algunos datos que no respondían a la realidad.

Sólo con la publicación de páginas del sumario, una vez levantado el secreto oficial, en enero de 2014, los medios de comunicación ofrecen ya a los ciudadanos la versión del juez instructor. Las afirmaciones del sumario modifican, esclarece o amplían lo que hasta ese momento eran filtraciones o especulaciones.


6. Valoraciones de instituciones y colectivos profesionales.

El reflejo en los medios de comunicación de todos los elementos anteriores ha provocado que varias instituciones sociales hayan llamado la atención y pedido prudencia a la hora de informar sobre detalles poco contrastados, de ofrecer información con tintes demasiado amarillistas para aprovechar el posible tirón de las audiencias. Algunas facultades de periodismo y asociaciones de profesionales han manifestado su descuerdo con el tratamiento dado por los medios periodísticos a  la muerte de Asunta. En sus declaraciones, estas entidades han tratado el evento desde puntos de vista diversos y con apelaciones al Código Deontológico o a la necesidad de legislar sobre posibles límites al informar sobre las personas que se ven implicadas en estos casos.

Por otra parte, en casi todos los medios de radiodifusión han emitido programas especiales en los que analizaban el tratamiento del caso en estos propios medios, pero sin que ellos mismos llegasen a conclusión alguna. Pero queda claro que el tratamiento del homicidio de la niña Asunta dado en prensa, radio y televisión ha llamado la atención incluso en los propios medios que informaban de las circunstancias de esta muerte.

Uno de los hechos más evidentes es que las reacciones sociales  provocadas por las informaciones ofrecidas sobre el caso Asunta fueron muy superiores a las que se han visto en otros casos similares.

7. Rigor y verdad, las cuestiones profesionales de fondo.

Desde siempre se ha producido un debate interno en los medios de comunicación cuando hay que tratar de asuntos polémicos o escabrosos.  Si unos quieren ser respetuosos con el rigor y la verdad, sin hacer público más que datos muy contrastados, otros no lo hacen así y consiguen ventaja sobre los anteriores. Las consecuencias de esta dinámica hacen que ninguna empresa quiera ser la primera en ofrecer únicamente la información seria. De esta forma,  todas terminan siguiendo la misma corriente informativa.

El prestigio que puede alcanzar el medio que sólo publica datos ciertos, sin hacerse eco de rumores, hipótesis o declaraciones sin fundamento, no parece que se considere un beneficio a corto plazo.

En todo caso, estas afirmaciones no pueden generalizarse y sólo deben aplicarse a casos muy concretos y comprobados.

 Conclusiones:

De todo lo expuesto y analizado hemos sacado las siguientes conclusiones:
 
1.     Los medios de comunicación no han respetado la presunción de inocencia de los acusados en el caso Asunta.
2.     Se ha llevado a cabo un juicio paralelo en la opinión pública al no dudar de la culpabilidad de los acusados.
3.     En algunos casos, las defensas han utilizado a los periodistas y a los medios para apoyar a su defendido o la tesis de su defensa.
4.     El caso Asunta se ha utilizado, ampliando su importancia y alargándolo en el tiempo, para intentar aumentar las audiencias o las ventas.
5.     No es lógico apelar al derecho a la información de los ciudadanos para ofrecer en los medios datos de la vida privada o incluso íntima de los acusados. No se cumple así la función social de los medios de comunicación.
6.     No se puede afirmar que las fuerzas de seguridad hayan expuesto a los detenidos a la opinión pública de forma poco proporcional, aunque en la primera aparición de los acusados hubo riesgos excesivos por el tumulto de curiosos y profesionales concentrados y por el hecho de que la policía no parecía esperar estas reacciones.
7.     No se constata que pueda achacársele al juez instructor ningún tipo de responsabilidad en su relación con los medios de comunicación en cuanto a filtraciones o indiscreciones. Sin embargo, parece claro que todas las filtraciones de datos, ciertos o supuestos, sólo han podido salir del ámbito de los profesionales que participan en el proceso, como pueden ser  forenses, fiscal, abogados particulares, funcionarios, familiares o implicados.
8.     Los periodistas de las áreas informativas de los medios de comunicación han actuado con respeto a las normas éticas. No así los profesionales que desarrollan su actividad para los programas de las áreas de entretenimiento de las televisiones que nos las han respetado de forma muy evidente.
9.     Los periodistas han trabajado bajo la presión de sus responsables directos para conseguir informaciones nuevas y más datos “como sea”.
10.           Es recomendable que el periodista no se ampare en la presión, real o supuesta, de sus inmediatos superiores para dejar de contrastar adecuadamente la información, ni para publicar un dato que no puede ser corroborado al menos por una fuente segura.
11.           Aunque es necesario matizar muchas circunstancias, es posible que un periodista tenga una actitud distinta a la que se ha mantenido en la información de este caso.
12.           Los medios de comunicación pueden y deben tener una actitud distinta a la que han tenido en la publicación de informaciones sobre el caso Asunta.
13.           No parece lógico que el miedo a que la competencia ofrezca más datos claramente dudosos justifique que los responsables de las redacciones publiquen noticias que no están suficientemente contrastadas.
14.           Sería deseable que los medios de comunicación se plantearan en algún momento la posibilidad de que los padres de la niña Asunta no sean encontrados culpables, o sean totalmente inocentes. ¿Qué harían entonces?
15.           Finalmente, se ha constatado que no existen razones objetivas para justificar que este caso haya tenido una repercusión mediática tan amplia y sostenida en el tiempo.


                                                                  A Coruña, enero de 2014


Componentes del grupo de Análisis:
Arturo Maneiro
Manuel Ferreiro
Amalia Baltar
María Pardo
Ana Fernández Roca
Chus Castro
Tita Somoza
José Videla
Manolo Rodríguez
Valentín Alejandro
Domingo González
José Lito Abad

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